La inhibición por bandera
Soy una persona muy inhibida. Me acabo de dar cuenta, ahora que ando dizque haciendo la maleta.
En realidad no he hecho maleta: solo he metido en ella tres camisetas, un par de pantalones y un traje de baño; una cámara de fotos, un cargador de pilas (con cuatro pilas AA, para la cámara antedicha); como media docena de rastrillos de afeitarse, que de hecho ya estaban en la maleta y que no sé cuáles están usados y cuáles no; una linterna submarina y una máscara de buceo con un esnórquel; una computadora de buceo; medicamentos diversos, a prevención; unos condones, en realidad no a efectos de prevención sino para que viajen un poquito y abandonen la tristeza y el abandono de mi mesita de noche; y un cortaúñas. Pura inhibición.
—¿Y no lleva usted calzoncillos, osado caballero?
—No, avezado interlocutor, no los llevo, y además le estoy diciendo que soy inhibido, no osado.
Pensé en poner mi vida en la maleta también, pero al final decidí ponerla en la mochila donde llevo a mi amante permanente, esta pinche adictiva cuyas teclas tersas toco en estos momentos con intención aviesa. (Nota: A esta sí le encontré el punto G, pero no parece presentar respuesta, vaya por el mondesvol.) Decidí la ubicación de mi vida por una revelación, a saber, que la vida de uno se acomoda mejor en una mochila andariega que en una maleta ya añosa que, además, ya cojea de una de las ruedas y llena mis paseos de un triquitraque premonitorio de un futuro con fecha de vencimiento.
En definitiva, que soy un inhibido. Podría haberme llevado media casa, pero sentí la llamada de la prudencia o, de plano, me faltó el empuje, los arrestos. Si al menos fuera hijo de la mar, podría yo transtextualizar los versos del poeta, pero como no, pues me toca quedar en inhibido.
Hablando de inhibiciones, miren si no son bellas estas que le dedican un par de mexicanos a doña Lola Flores.
Qué lindo es cantarle a alguien y que le canten a uno. Creo que voy a empezar a hacer esas cosas y a llevar rondas a las damas, que es algo sonrojantillo pero que se hace y se recibe con gusto, creo yo.
Hace algo más de un año usaba la frase de un Astérix para despedirme de América (de Yucatán, para ser precisos), y ahora dedico enjugo mi inhibición sempiterna para hacer el viaje inverso.
—¿Y no se cansa nunca?
—Sí, a fuerza que me canso, pero he pensado que mejor no me estoy quieto.
Y mientras le sobo el lomo a mi amante para escribir estas líneas, en la tele pasan un anuncio en el que alguien le pide disculpas a un olmo por haberle pedido peras, y no sé si soy el olmo o el peticionario. Creo que más el olmo, porque lo veo inhibido, incluso un punto tímido cual yo.
En Madrid, el día de san Procopio (mártir, que ya se viene repitiendo aquí porque ayer no sabía en qué día vivía a pesar de ser san Fermín, obispo, como toda España sabía menos yo), por la tarde.
Mus
En realidad no he hecho maleta: solo he metido en ella tres camisetas, un par de pantalones y un traje de baño; una cámara de fotos, un cargador de pilas (con cuatro pilas AA, para la cámara antedicha); como media docena de rastrillos de afeitarse, que de hecho ya estaban en la maleta y que no sé cuáles están usados y cuáles no; una linterna submarina y una máscara de buceo con un esnórquel; una computadora de buceo; medicamentos diversos, a prevención; unos condones, en realidad no a efectos de prevención sino para que viajen un poquito y abandonen la tristeza y el abandono de mi mesita de noche; y un cortaúñas. Pura inhibición.
—¿Y no lleva usted calzoncillos, osado caballero?
—No, avezado interlocutor, no los llevo, y además le estoy diciendo que soy inhibido, no osado.
Pensé en poner mi vida en la maleta también, pero al final decidí ponerla en la mochila donde llevo a mi amante permanente, esta pinche adictiva cuyas teclas tersas toco en estos momentos con intención aviesa. (Nota: A esta sí le encontré el punto G, pero no parece presentar respuesta, vaya por el mondesvol.) Decidí la ubicación de mi vida por una revelación, a saber, que la vida de uno se acomoda mejor en una mochila andariega que en una maleta ya añosa que, además, ya cojea de una de las ruedas y llena mis paseos de un triquitraque premonitorio de un futuro con fecha de vencimiento.
En definitiva, que soy un inhibido. Podría haberme llevado media casa, pero sentí la llamada de la prudencia o, de plano, me faltó el empuje, los arrestos. Si al menos fuera hijo de la mar, podría yo transtextualizar los versos del poeta, pero como no, pues me toca quedar en inhibido.
Hablando de inhibiciones, miren si no son bellas estas que le dedican un par de mexicanos a doña Lola Flores.
Qué lindo es cantarle a alguien y que le canten a uno. Creo que voy a empezar a hacer esas cosas y a llevar rondas a las damas, que es algo sonrojantillo pero que se hace y se recibe con gusto, creo yo.
Hace algo más de un año usaba la frase de un Astérix para despedirme de América (de Yucatán, para ser precisos), y ahora dedico enjugo mi inhibición sempiterna para hacer el viaje inverso.
—¿Y no se cansa nunca?
—Sí, a fuerza que me canso, pero he pensado que mejor no me estoy quieto.
Y mientras le sobo el lomo a mi amante para escribir estas líneas, en la tele pasan un anuncio en el que alguien le pide disculpas a un olmo por haberle pedido peras, y no sé si soy el olmo o el peticionario. Creo que más el olmo, porque lo veo inhibido, incluso un punto tímido cual yo.
En Madrid, el día de san Procopio (mártir, que ya se viene repitiendo aquí porque ayer no sabía en qué día vivía a pesar de ser san Fermín, obispo, como toda España sabía menos yo), por la tarde.
Mus
6 Comments:
Yo he visto hoy un documental, desos en los que tu aprovechas pa sobar almohadas, hablaba de unos cocodrilos enormes que habitan en centro america, incluido tu canal. Digo yooooo....y digooo yooo...¿me podrias traer un par de chanclas? Que iguá están más baratillas. No es que sean mi maxima ilusión, es por dar un poco de porsaco, nomas.
Besos de buen viaje corason.
;-)
chuli
Veo que no estás ilusionada, así que no sé si entiendo bien: ¿quieres que me meta en chanclas en un canal lleno de cocodrilos o que me ponga las chanclas para abrir los cocodrilos en canal? ¿O qué?
Gracias por los besos, Chuli. Me los aplicaré a los morros, que tengo yo esa ilusión. :D
Que emoción, ya te digo. Buen viaje... y consigue pronto esa casa en la playa donde puedas pasearte como a ti te gusta!
IMPRESCINDIBLE : Acoplarle la musiquilla de los mariachis.
Si te vas a Panamá, no te pierdas por la playa..... ayaaaaa.
Y sigue dejando aquí, tesoros con tus palabras.... aaabras.
No te sonrojes mi amor, que yo no te he dicho nadaaaa.
Es solo que te leí,
no me pude resistir
pa´ cantarte esta rondadaaaa
Glin glin glin, guili guili guili glin, guili guili guili glan glannnn.
Si te vas a Panamá, llévate los calzonzillos........illos.
no venga ningún caimán a morderte en el culillo.......illo.
No ocupan casi lugar, síguete mi consejillooooo.
Anda, ve y cómpralos ya
que no se puede jugar
con las cosas del hatilloooo.
Glin glin glin, guili guili guili glin, guili guili guili glan glannnn.
Feliz viaje!!!
Bueno pues.... ¡¡¡¡Que tengas buen viaje!!!!
besitos
Publicar un comentario
<< Home