31 octubre 2009

Investigar


Este es un pueblo muy grande, muy grande, con casas muy grandes, muy grandes. Más grandes que las de mi pueblo, ¡que ya es decir!

Hablan un idioma muy rarísimo y no les pillo nada. Casi diría que parecen de Tomelloso pero con una manzana en la boca o algo. No me entero de lo que me dice nadie y eso que no creo que mi español sea malo. Para mí que hablan otro idioma, ¿eh? Esto hay que investigarlo.

El hotel es muy grande, muy grande, y en medio tiene tremendo hueco salpicado por una torre con ascensores (también son descensores) de los que parece que en cualquier momento va a salir un replicante. El hotel está en una plaza que no tiene realmente forma de plaza y a la cual le dicen plaza de las Veces, aunque no sé bien por qué ese nombre. Esto no creo que merezca la pena investigarse. Vaya usted a saber, hay gente pa' to'.

En la plaza de las Veces hay mucha gente que saca fotos. Parece increíble, pero todos sacan fotos enfocando a algo que está arriba, como si quisieran ser quince palmos más altos; nadie saca fotos enfocadas a algo que esté enfrente. Yo por más que miro no consigo ver qué demoños retratan. Esto hay que investigarlo.

Hay unos señores (también señoras) que ordenan el tráfico humano. Tienen unos silbatos con los que conminan a los viandantes a estarse quietos en las aceras hasta que ellos dan el nihil obstat para el avance. Creo que es por una cuestión puramente estética, a saber: para que no haya muchos turistas despachurrados en las calzadas de la plaza de las Veces. Parece sensato, pero tampoco veo a qué haya de investigarse.

Esto es muy grande. La ciudad no es para mí. Yo me quiero ir a mi casa. Y yacer, que tanta casa grande me está poniendo rijoso. ¿Que por qué? ¡Averígüelo, Vargas!

En la ciudad de Nueva York, el día de san Alonso Rodríguez (confesor) por la mañana.

Mus

28 octubre 2009

Lea lo anterior



This blog is not necessarily what it looks like. Its author compulsively jerks off every thiry minutes while indulging in fantasies that may not be commonplace —and usually are not. He is himself a rare, pretty unique and, for his own choice, severely endangered species. Chsss... ¡cuida'o! If you do not quite believe that, read on.

Una de las características del español de América —también del español canario— es su preferencia por el pasado indefinido (amé) en favor del pretérito perfecto (he amado). Léase mi artículo anterior, redactado en plena transición hacia España, y compárese con este refrito análogo en el cual solo cambio esa conjugación:
El viaje fue vulgar y rutinario. Lo único que le agregó su pizquita de sal es que en Houston me conecté y me encontré con el email de un creyente que me pedía un trabajo urgente, así que me dió un pequeño sobresalto.

Como nota interesante, por primera vez vi rótulos bilingües inglés/español en los que en la versión castellana no se reproducían las mayúsculas iniciales típicas del inglés gringo. ¡Bien! Me disgustan sobremanera esas mayúsculas, pero no por prurito lingüístico ni porque sienta la presión cultural del gringo: es que de verdad que me siento como si leyera en una montaña rusa, venga para arriba y venga para abajo. Creo que leo muy raro, yo.

Lo mejor estuvo al llegar al aeropuerto. Salí del avión, paseé un trecho bien largo, recogí mi maleta y al cabo de un rato me di cuenta de que tenía tremendo roto en los pantalones y que fui enseñando el culo a todo el que quiso mirármelo. ¡Olé!

Esto me pasa por ser tan codo y tan apegado a mis ropas, pero el aspecto verdaderamente triste del suceso es que ninguna dama se acercó a mí a requebrarme y llevarme al huerto. Tampoco ningún hombre, eso es cierto. Cabe colegir que no gusto a nadie y que mi culo provoca harta indiferencia. Vamos a peor, y encima tendré que ir a algún comercio a mercarme otros pantalones. Grrrr. Menos mal que por lo menos ya me sé mi talla.

En Clinton, el día de san Vicente, santa Sabina y santa Cristeta, por la noche.

Mus
Y luego hágase lo que a cada cual le dé la real gana hacer; por ejemplo, mandar el escribano enfadoso a tomar por donde más pecado haya. I am in the land of freedom, you know? My arse hole may not, but I can handle that.

Throughout the American continent it is common to get across signs like "Ya abrimos", and it would look odd to see signs reading "Ya hemos abierto".

Spaniards (Canary Islands folks would be exempted here): This is the common Spanish. Don't let us give up our Spanish but let us forsake our trend for purity. Let us take our mind out for a walk around the world and let us realise we are just a tiny drop in the ocean of the Spanish-speaking folks. There's a lot of Spanish language beyond our borders, and it is prime Spanish even if it sounds funny at times.

Y esto nada más sobre una conjugación. No hablemos del ustedes frente al vosotros porque a esas alturas de la noche y tras cuatro botellas de tinto, unas manitas de cerdo con garbanzos, dos docenas de ostras indescriptibles, un plato de callo de hacha con caviar de salmón, un risotto de camarones y tres tragos de tequila en la compañía de un tico agringado, un zimbabués de Nueva Jersey (what the fuck?), un italogringo que llegó de visita con el vaso (generoso) de tintorro ya puesto (¡¡y llegó caminando!!), una gringa latinófila y un servidor que besa sus pies y su clítoris si usted lo tiene y se deja pero que ni sabe ya de dónde es ni le importa gran cosa mientras tenga senos a que acogerse... lo que decía: a estas alturas, ¿para qué?

May God bless alcohol. Et cum spiritu tuo mais pas beaucoup. Amén. No sé si me explico.

En Clinton, el día de san Simón y san Judas (apóstoles) por la noche.

Mus

27 octubre 2009

Entrada triunfal (o no tanto)


El viaje ha sido vulgar y rutinario. Lo único que le ha agregado su pizquita de sal es que en Houston me he conectado y me he encontrado con el email de un creyente que me pide un trabajo urgente, así que me ha dado un pequeño sobresalto.

Como nota interesante, por primera vez he visto rótulos bilingües inglés/español en los que en la versión castellana no se reproducían las mayúsculas iniciales típicas del inglés gringo. ¡Bien! Me disgustan sobremanera esas mayúsculas, pero no por prurito lingüístico ni porque sienta la presión cultural del gringo: es que de verdad que me siento como si leyera en una montaña rusa, venga para arriba y venga para abajo. Creo que leo muy raro, yo.

Lo mejor ha estado al llegar al aeropuerto. He salido del avión, he paseado un trecho bien largo, he recogido mi maleta y al cabo de un rato me he dado cuenta de que tenía temendo roto en los pantalones y que he ido enseñando el culo a todo el que ha querido mirármelo. ¡Olé!

Esto me pasa por ser tan codo y tan apegado a mis ropas, pero el aspecto verdaderamente triste del suceso es que ninguna dama se ha acercado a mí a requebrarme y llevarme al huerto. Tampoco ningún hombre, eso es cierto. Cabe colegir que no gusto a nadie y que mi culo provoca harta indiferencia. Vamos a peor, y encima tendré que ir a algún comercio a mercarme otros pantalones. Grrrr. Menos mal que por lo menos ya me sé mi talla.

En Clinton, el día de san Vicente, santa Sabina y santa Cristeta, por la noche.

Mus

26 octubre 2009

Poesía para el pobre



A (y de) Javier Krahe, con admiración.

En un pueblo de allá por la costa suiza, un viejo pescador borrachín, tranquilo, sin dar la paliza a nadie de su alrededor, pretendía vivir a su manera, que era salir a pescar; y pescar boquerón, calamar o alguna ballenita —que también las da el mar— y después regresar con la frente marchita como dice el cantar que se suele volver. Y vender el pescado en la lonja: boquerón, calamar o una esponja —que también las da el mar— y cobrar lo que hubiera ganado al vender el pescado.

Y marcharse a gastar lo que hubiera cobrado en comer y en comprar cuanto es menester poseer; e invitar a beber y beber hasta el anochecer y arrojar lo que hubiera sobrado del dinero cobrado. Arrojárselo al mar: devolver... devolverle el dinero y cada amanecer empezar desde cero.

Pero muchos vecinos denunciáronle al pobre por contaminar, que sus pocas monedas, sus "vertidos de cobre", ponían perdidito el mar, y no pudo vivir a su manera, que era salir a pescar; y pescar boquerón, calamar o alguna ballenita —que también las da el mar— y después regresar con la frente marchita como dice el cantar que se debe volver. Y vender el pescado en la lonja: boquerón, calamar o una esponja —que también las da el mar— y cobrar lo que hubiera ganado al vender el pescado.

Y marcharse a gastar lo que hubiera cobrado en comer y en comprar cuanto es menester poseer; e invitar a beber y beber hasta el anochecer y arrojar lo que hubiera sobrado del dinero cobrado. Arrojárselo al mar: devolver... devolverle el dinero y cada amanecer empezar desde cero.

En el municipio de Acajutla, la víspera de mi partida.

Mus

22 octubre 2009

El asalto


Hoy se me ocurrió que la vida es un combate de esgrima.

En esta apasionante disciplina deportiva, que consiste en usar fintas ofensivas y paradas defensivas sin cuento para pinchar al contrario o atizarle con el filo (según el arma, ya que hay tres: florete, espada y sable) antes de que él te pinche o atice a ti, el español cuenta con el verbo tirar para referirse al acto de combatir.

El tirador debe avanzar por la pista en la posición de guardia, ofreciendo al espadachín que tiene enfrente la menor superficie posible, y por eso el avance se hace en ese escorzo chistoso, con la mano posterior alzada que parece una mezcla de ademán gay y movimiento de la grulla de Ralph Macchio en Karate Kid. Al movimiento de avance se le dice marchar, que es lo opuesto al de retroceso, denominado romper. Finalmente, al movimiento de estocada se lo llama fondo.

Recuerdo las clases de esgrima en la Sala de Armas del Palacio de los Deportes de Madrid, con aquella rutinaria serie de ejercicios bajo la dirección del maestro, sin siquiera un arma en la mano: marchar, marchar, marchar dos veces, romper, romper, marchar, estirar el brazo, a fondo, marchar, marchar, romper, romper, romper, marchar, estirar el brazo, a fondo... Series sin fin, inerme junto con mis compañeros de práctica y ante un adversario invisible.

Hoy ya sé cuál es el adversario y a qué venía toda aquella disciplina, aquel mantener la guardia aun a costa de parecer un Macchio gay. Aún queda decidir si mi vida es tirar o lo que hago es tirar mi vida. Es complicado y hasta las polisemias del verbito tirar resultan un poco comprometidas, pero, en esta vida pugnaz que me traigo, ahora toca romper, romper, romper, desandar el camino y regresar a la vieja y fría Europa sin dejar de marchar, marchar, marchar... y, de vez en cuando, estirarme y a fondo.

En el municipio de Acajutla, el día de san Hilarión (anacoreta) por la noche.

Mus

20 octubre 2009

La hostia

Andaba yo solazándome por esas redes del Mondesvol cuando hallé un ejemplo de lo que, por los motivos que se indican más adelante, denominaré 'anacoluto contextual'.

Leo en un titular lo siguiente: "Netanyahu: Ha llegado el momento de hablar de paz."

En fin...

Busqué en gúguel y, al parecer, nadie nunca dijo esto del 'anacoluto contextual'. No sé si tenga sentido, pero en lo que se dirime tal asunto me apunto el tanto de su invención y declaro que su alumbramiento se debió al deseo de ser universal (a riesgo de ser pedante) y no recurrir a lo que dicen en mi pueblo, que en el fondo es lo que me pide el cuerpo cuando leo cosas así. Y es que, a este tipo de afirmaciones obscenas*, en mi pueblo se responde de dos modos, asegún:

a) "No te estaráh..." (la a tónica es cerrada, a la manchega). La expresión es en realidad un eufemismo: se omite el gerundio "cachondeando" al final de la frase porque a ese verbo se lo tiene allí por malsonante, como en muchos lugares de América, por su denotación sexual. Como es lógico, no es que en mi pueblo nos asusten las palabras malsonantes, sino que puestos a ser soeces preferimos el ataque total que supone la opción b).

b) "¡Tú lo que quieres es chupá'mela". Nótese que nos dejamos sin pronunciar la r debido a la adición de los enclíticos.

Así somos en mi pueblo, qué le vamos a hacer.

Había pensado poner unos ejemplos explicativos de lo que es un anacoluto, pero ya no lo haré porque cuando los buscaba hallé algo mucho mejor, una joya: esta bitácora. Confieso que no la he leído mucho aún, pero la declaración de principios de su autor me subyugó tanto que estaría dispuesto a pedirle una cita romántica si fuera una chica y anduviera más a coño (nada de mano, que estoy cansado de pajas).

En su presentación, dice:
Muchos se quejan de que los "errores lingüísticos" cometidos en la prensa están arruinando el idioma. Aunque no comparto esa alarma, algunas de esas innovaciones son muy divertidas. Así que me he propuesto coleccionarlas y comentarlas. Sin embargo, este no es un blog para burlarse de nadie, ni para lamentarse de nada, ni para recomendarle a nadie cómo hablar o cómo escribir. Es un lugar para celebrar la riqueza y la variedad del español (se llama "la peña lingüística" no "la pena").
Ay, mi desconocido bitacorista, tu párrafo es la hostia. ¡Cuánto bien hiciste a la cultura lingüística al escribir eso y cuánto te lo agradezco!

En el municipio de Acajutla, el día de san Honorio (abad) por la tarde.

Mus

*Por si alguien se lo pregunta, se me hace que serían igual de obscenas si llegara Hamás diciendo alguna majadería así.

17 octubre 2009

Rezo común



Ayer, mientras en mi expediente personal se recogía un capítulo (negativo) más de la tramitología migratoria y en mi ánimo se instalaba el regusto infame de la decepción, me llamó la atención un cartel que rezaba, y me perdonarán por el juego de palabras, "Oración a la bandera salvadoreña".

No la leí porque la verdad es que no me interesan mucho los rezos, aunque sean a una bandera y no a una divinidad. Si le interesa a alguien, puede leerla aquí.

Lo que me interesó más bien fue el uso de la palabra oración para referirse a esto, que, una vez que le eché un ojo, más bien me parece un elogio, una loa o panegírico. Se menciona a Dios y a la religión, pero el escrito no va dirigido a ellos ni a ensalzarlos. Nunca había visto antes una oración a un símbolo común, aunque no es menos cierto que es el símbolo de una nación con denominación divina. ¿Serviría esto como argumento filológico para sostener que oración es un palabro usado con justicia aquí?

Voy a meditarlo, que las metafísicas requieren mucha piscina y siesta.

En San Salvador, el día de san Lucas (evangelista) por la mañana.

Mus

08 octubre 2009

Herrare humanum est


Hace unos meses traía a esta bitácora un reportaje gráfico sobre una tilde ausente que daba pie a un mensaje que, interpretado según las normas, resultaba poco fino y me dibujaba una sonrisa malévola.

Hoy me cumple decir que ya lo corrigieron. Esas cosillas pasan, hombre, y tampoco tienen mayor importancia. Documéntese la subsanación, hágase la luz.


Andar de corrector puede resultar buena idea o no, depende; pero andar de correctorucho de tontás, imaginarias o reales, y encima formular las objeciones sin el cuidado y la exquisitez que se exige a los demás, se me antoja la forma más absurda y censurable de ejercer la pedantería. No sé bien por qué, pero me recuerda a un chiste de pueblo que contaba mi tía E.

—Toc, toc, toc. ¡Abrid, que semos estudiantes!
—¿Estudiantes y "semos"? ¡Pos no abro!

Ni modo.

Ortografías aparte, una aerolínea que se llama Copa no puede ser mala, salvo en exceso, claro. Mi única queja remanente es que, esnif, no me dieron millas gratis por levantar aquella liebre diacrítica, pero es también cierto que quizá no fuera yo el primero en levantarla y ya lo supieran en la redacción cuando les llegó mi mensaje de alerta. El caso es que yo no dejo de hacer esnif, aunque quizá sea por esta pinche gripa que me agarré.

El martes, mientras regresaba, disfruté lo mío con la vista de la inmensidad verde de la Amazonia y con los arcoíris que se formaban bajo las nubes de desarrollo vertical que mi aeroplano dejaba atrás. Los arcoíris alegran el cacumen como pocas cosas de la naturaleza. Menos mal.

En San Salvador, el día de santa Pelagia (insigne pecadora primero y penitente después) por la mañana.

Mus

01 octubre 2009

Música local



Siempre habrá quien diga que las músicas de un país definen a ese país. También habrá quien sostenga lo contrario y será imposible ponerse de acuerdo, como es de rigor en cualquier dialéctica decente, aunque en esto acaso se arme tremendo quilombo durante la discusión. Con suerte, nadie saldrá herido.

Hace unos meses mantuve una charla informal con una colega argentina en la que arreglábamos el mundo latinoamericano; es decir, le dábamos un repaso. Cuando llegó el turno de hablar de su país, me espetó con desesperanza:

—¿Acá? Olvidate, che, nosotros somos un tango.

Hoy llego a la Argentina y entro al Banco de la Nación que hay en la terminal. Lo hago con intención de sacar dinero del cajero pero, sin apenas darme chance, un argentino que va saliendo me desengaña con su acento porteño y su tono inexpresable pero inconfundible.

—No hay plata.

¿Qué se le puede decir a un argentino que sale de un cajero automático lamentando la falta de monetario?

La Argentina es un tango que me golpea apenas atravieso Migración en Ezeiza. Si alguien lo duda, que intente escuchar con las tripas, no con las orejas, este Mano a mano de Gardel. E si non è vero, è ben trovato.

En la ciudad de Buenos Aires, el día de los Santos Ángeles Custodios, apenas inaugurado el día.

Mus

P. D. El gentilicio para los de la ciudad de Buenos Aires es porteño; el correspondiente a los de la provincia de Buenos Aires es bonaerense.