15 noviembre 2007

In memoriam

Hoy murió Fernando. Lo encontraron los viandantes muerto en la calle, al lado del hospital al que acaso se dirigía y al que no llegó más que a que alguien pudiera llamar a decirnos lo que había.

Yo no lo conocía mucho porque su llegada a la vida de mi hermana, su compañera de tardes, paseos, devociones, arrumacos infantiles y enfermedad mental se produjo cuando yo andaba de vago por el mundo, pero en las ocasiones que lo vi y lo traté, como invitado a estos espectáculos vociferantes que caracterizan nuestras cenas familiares, pude ver que Fernando no era más que lo que aparentaba: un pedazo de pan, una persona buena cuyo único deseo era acompañar solícito a mi hermana en sus desvaríos y agradecer a su vez la presencia de mi hermana en los suyos propios, dos almas gemelas para los delirios y las alucinaciones que atormentan a los psicóticos de todo el mundo.

Aún no hemos tenido el valor de decírselo a mi hermana. Era su único amigo, joder, ¿cómo podemos decirle que no, que cuando le dijeron en la clínica que regresara a casa era por prudencia, por no decirle que su único amigo no había ingresado enfermo, sino cadáver, y estaba ahí, a unos metros, yerto y solo?

Ahora buscamos a su familia y ni siquiera la encontramos porque anda semidesaparecida como la de tantos otros enfermos mentales que no saben o no pueden hacerse cargo de sus hijos, de sus hermanos, de aquellos con quienes alguna vez rieron y lloraron para compartir esta vida que tan dura resulta algunos días.

Lo más duro del mundo no es perder la salud, ni siquiera la vida: es perder la cabeza.

En Madrid, el día de la muerte de Fernando, anocheciendo.

Mus

08 noviembre 2007

Tropecientos, mogollón, muchérrimos


Como mucha gente sabe, o puede aprender en aqueste instante, en el inglés de los estadounidenses, la palabra billion significa mil millones, no un billón. Se suele criticar esto de que nos lo traduzcan por billón, y es una crítica de evidente razón y seso. Sin en cambio, a veces uno se encuentra casos que llevan a pensar si el problema es el inglés y su influencia o se trata de pereza cerebral en el sector cefálico que debiéramos tener todos dedicado a las matemáticas, la culturilla general, la lógica, la mesura y el temor del Mondesvol. Y amén.

Hoy leo en un diario español:

La medida, que entrará en vigor el 21 de diciembre para las fronteras terrestres y marítimas y en marzo de 2008 en el caso del espacio aéreo, permitirá la eliminación de los controles de pasaportes en un área de 3.600 millones de kilómetros cuadrados.

Joer, 3600 millones de kilómetros cuadrados es un chingo de tierra. ¡Es más grande incluso que mi salón! Una finquita, vaya.

España tiene (creo) apenas medio millón, así que es bueno saber que el espacio del convenio de Schengen es de unas siete mil veces el espacio que ocupa España y aproximadamente 7 veces más grande que este doliente planeta. Nostamal el Chenguen ese: con tanto terreno, son gente de perras, seguro.

Creo que convendría que el término tropecientos pasara a la parla formal. Así podríamos decir, armados de ciencia y evitando los menos educados "chingo/chingadera de", que tal cosa tiene una cifra enorme cuyo valor real importa en realidad un Raphanus sativus al lector.

Ay, pastaseñor, con qué facilidad metemos todos la zarpa. :(

En un lugar de La Mancha, el día de los Cuatro Santos Coronados (mártires), por la tarde.

Mus