Receta para ser feliz
Si uno desea pasar unos días felices, con el espíritu repostando influencias y con la sensación de que así da gusto, a continuación se ofrece una receta:
Mus
- Se agarra un sartén.
- Se tira el sartén a tomar por el culo, que no va a hacer ninguna falta.
- Se compra un boleto de avión a El Salvador y se usa para llegar a El Salvador. Si no se usa, la receta sale asquerosa.
- Se toma un taxi del aeropuerto y se platica con el chofer sobre cosillas locales.
- Se maravilla uno de los árboles de mango que acompañan incesantemente al viajero en el viaje por carretera hacia San Salvador, y se le hace a uno la boca agua al pensar en dichos mangos preparados con chilito picoso.
- Se aprende que en El Salvador se pesa en libras, arrobas y quintales: una libra es una libra de las de toda la vida, una arroba son 25 libras y un quintal son 100 libras o 4 arrobas.
- Se da uno cuenta de que en este lugar cualquier cosa puede suceder; por ejemplo, pesar un quintal y ser flaco, al mismo tiempo, o pesar dos quintales y no pasar de persona embarnecida.
- Se llega a un delicioso hotel de la colonia Escalón, una casa reconvertida en hotel, y se aloja uno en una de sus habitaciones con cama matrimoñal a pesar de haber reservado una minisuite. No importa un carajo.
- Se queda con una amiga a conocerla en persona tras haber platicado con ella por internet. Se le regalan un par de cosillas para que se entretenga si lo desea.
- Se orilla uno a un restaurante notable llamado A lo nuestro y se pide un menú de degustación decidido a pachas con el metre, que no para de hablar con una encantadora mezcla de servilismo juerguista. ¡Bien por el metre!
- Aprende uno que el aceite de ajonjolí le hace muy bien a los pescados marinados en limón --vulgo ceviches-- mientras se platica más con la amiga antedicha.
- Para postre, se toma uno una mús de miel y se pimpla la última copa de la botella de vino que le habían servido, sin dejar de hablar con la mentada.
- Paga uno la cuenta y sonríe para su coleto al pensar la de mediocridades que debe uno tragar en Europa por precios como los que está pagando en ese instante.
- Se va uno al catre con una sonrisa en el alma y media botella de tinto en el hígado.
- Se levanta uno y trabaja un rato, para que la máquina argentífera le siga permitiendo disfrutar de estas recetas.
- Se va uno a comer en un mol y se platica otro rato.
- Se regresa uno a trabajar.
- Se sale a cenar y a tomar unos tragos. Se prueban cervezas varias mientras las amigas de la amiga no cesan de soplarse cerveza tras cerveza sin aparentemente verse afectadas por su contenido etanólico, mientras se desgranan los conflictos sociales locales relacionados con el eterno antagonismo de hombres y mujeres, en especial en lo tocante al matrimoño y sus vericuetos, con atención especial a las infidelidades y los sistemas de pillar marido (léase preñarse). Se aprende que a los atascos o embotellamientos se los puede llamar también trabazón, palabra bella donde las haya y que el que suscribe piensa usar de ahora en adelante siempre que pueda. En refinitiva, se disfruta grandiosa velada y se vuelve uno a casa feliz a dormir un poco la mona.
- Se levanta uno de mañana, trabaja un rato y luego desayuna a la vera de la piscina soleada. Sara le prepara a uno un huevo frito, un jugo y unos cachos de piña y papaya dulcísima.
- Se trabaja otro rato.
- Se marcha uno camino de la playa del Tunco, en La Libertad. Por el camino se aprieta uno en Pollo Campero un par de trozos de pollo frito y media docena de alitas de pollo (la salsa picosa es mejorable) y con la pancita satisfecha se avienta en compañía otra media hora de descenso interminable hasta la playa antedicha.
- Se aloja uno en un hotel costero con encanto.
- Se inaugura (en lo personal) la piscina panorámica del hotel, cuyo excedente hídrico, interminable gracias a una bomba continua, alimenta una armónica cascada que choca cinco metros más abajo en una minialberca en la que solo puede uno fabular con una morena en cueros masturbando con el impacto de los chorros toditita su piel de pétalo de rosa.
- Aprovecha uno para fabular otro poquito más con esto, por si le sirviera de algo para más adelante.
- Se larga uno a pasear por la playa y se entra a cenar al borde del estero.
- ¡Hay ostras salvajes! Se come uno una docena y advierte al mesero de que le preparen otra docena y media para el día siguiente, fresquitas de haber pasado la noche en hielo.
- Se regresa al hotel y se toma uno un trago en una especie de cueva con lucecitas medio psicodélicas en el techo. Se sigue platicando de lo divino y de lo humano.
- Se da uno un baño nocturno, con la complicidad del vigilante que gasta tremendo escopetón pero va bien sonriente.
- Se seca uno un poco y se mete en la cama a aprovechar la evocación apócrifa de la morena nudista bajo la cascada a fin de procurarse un poco de asueto genital.
- Se duerme uno como un bendito.
- Se sueña con una orgía en un antro swinger y en el sueño se es el personaje que da placer a siete damas, a cual más puerca, quienes experimentan tal frenesí y tal impregnación erótica que a partir de ese día deciden pasar a ser monjas ante la certeza de no acceder nunca más a los niveles de placer que les ha procurado el personaje del sueño, que a la sazón es quien sueña y quien escribe.
- Se despierta uno renovado aunque un poco triste al advertir que todo había sido una comedia onírica y no se ve ni rastro de dama alguna.
- Se aprieta uno la docena y media de ostras concertada el día anterior.
- Se mete uno en la piscina y se disfruta otro rato de pláticas y juegos.
- Se preparan las maletas, se mete uno en el coche y lo llevan al aeropuerto donde, con un punto de tristeza pero la certidumbre de regresar pronto, se mete uno al avión que lo ha de llevar a otros lugares.
- Se pasa por el aeropuerto Augusto C. Sandino de Managua, en cuya terminal se lee: "Bienvenid@s". Uno se pregunta cómo se lee realmente esto pero entiende la intención y no sabe qué pensar realmente sobre la estrategia.
- Se llega a la sala VIP del aeropuerto de la ciudad de Panamá y se redacta esta receta mientras se piensa con agradecimiento infinito en los amigos que uno tiene la suerte de tener por el mundo. Gracias, C. ¡Muaks!
Mus
8 Comments:
No me da invidia,nomedainividia,nomedainividia,nomedainividia,nomedainivida, nooo meee daaaa invidia..que nooo, quee nooo me daaa invidia,nomedaaa,...nooooomedaaaa ninguuniiitaaaa invidia...
ays...no que va¡¡¡ Pero me alegro que hayas disfrutado de tanto weno..
Besos
Yo para ser feliz necesito reinar. ¿Conoces la receta que me haga Reina?
Besos de Princesa
Hola, Letizia.
Tu cuita no podría tener más fácil remedio. Prueba alguna de estas recetas sencillas:
a) Mata al monarca actual (o sé paciente hasta que muera).
b) Convéncelo/a para que abdique (o sé paciente hasta que lo haga por su propia voluntad).
c) Inicia una intriga palaciega para que abdique por la fuerza (o sé paciente hasta que la inicien).
d) Cásate con él/ella (si no es tu padre/madre, claro); si es necesario, fuerza su divorcio del/de la consorte actual (o sé paciente hasta que se divorcie por su propia voluntad).
e) Vete a un país en el que las mujeres cambien de apellido al casarse; busca allá un hombre apellidado Reina y cásate con él.
f) Vete a un país donde busquen monarcas y presenta tu hoja de vida.
g) Vete a un país donde el monarca busque esposa y presenta tus credenciales.
En fin, creo que sistemas hay munchos, ¿eh? Lo que me intriga es por qué quieres ser reina si eres tan adorable así, princesa.
Besos
Mus
Esta receta me ha hecho caer en las garras de Leviatán, el que castiga la envidia... estoy perdido.
Un saludo Mus, desconocía tu blog...
Diógenes...
Caramba, Diógenes, ¡cuánto bueno por acá hoy! ¿Comantalevú?
Tiene chiste esto de que me visiten consecutivamente una princesa con ansiedades regentes y el representante máximo del minimalismo vital.
Un abrazo. :)
Mus
esoo...esoo...esooo, di que si...y a mi me isnoras en?...
¿toy? ¿existo? ¿Ma comio laraña?
Azco da la confianza ojunnn..jaja
;-)
A ti no te ignoro, querida. Tú tienes línea directa.
Si no le hubieras dado confianza a la araña, no te habría comido. ¡Pero qué cochinadas haces con las arañas, tú?
Esto… Mus… ¿Crees que pueden hacer una buena pareja la ansiedad y el minimalismo?...jajajaja.
Me ha gustado lo de minimalista.
Bien, estoy bien, Mus. Esperando. La gestación fue rápida pero el parto anda por maquetación. Un mes y medio, a lo sumo. A tí, te leo muy lejos y muy bien… jajajaja…(sin mas comentarios)
Un abrazo.
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