Ojalá que te vaya bonito
Estas líneas son para despedirme de Milena. Milena quizá no lo sabe, pero es la culpablesa de que yo vea bitácoras y, en último término, es la responsablesa de que yo tenga una, aquí presente, con la que molestarlos y molestarlas periódicamente como una dismenorrea o unas fiebres tercianas.
Una día una chica con la que me carteaba por internet me dijo, aún no sé por qué, que lo mío era el amor apache. Como yo no sabía qué coño era amor apache, pues hice lo que se suele hogaño: abrir el gúguel y meter el término, a ver qué sale. Si hubiera sido amorapache quizá habría abierto un diccionario, pero para las expresiones siempre uso el gúguel a pesar de que los diccionarios suelen traer definiciones de algunas. Cuando aprendí el significado de la expresión me pregunté por qué me habría podido catalogar a mí de eroapachista, siendo que más bien yo soy de natural calmo y ella en realidad era bastante agresiva con la pluma, pero bueno.
El caso es que, probablemente por haberse usado tal término en lo de Milena, llegué allá. Me quedé fascinado, aturdido y patidifuso por la frescura con la que se expresaba el personal y lo divertido y deliciosamente loco que era todo. En esa bitácora tuve la fortuna de conocer a la Tiri y a Cataclísmica, de quienes me enamoré al instante y a quienes hubiera ofrecido matrimoño sin pensarlo si no fuera porque lo pensé y, en el caso de Cata, porque su hermano Jack me metió tremendo miedo en el cuerpo. Uno es cobardica, qué se le va a hacer. Atención: Uno ahí soy yo, no Uno, a quien no tengo el gusto, entendámonos. (Quién no siga la Vida de hielo de Cata no entenderá ni papa de lo que acabo de escribir, pero quizá eso lo incite o la incite a echarle un ojo.)
Las palabras enamoran, para bien o para mal. Bien que sufría Cyrano al poner su amor epistolar en mercenario beneficio de otro, pero se aprovechaba don Mendo/Renato cuando, advertido de la posibilidad de que la cruel Magdalena estuviera prendada de él en su vida de trovador, maquinaba:
Si eso fuera cierto... ¡oh!El caso es que me acordaba de todo esto (quizá con poco orden) porque Milena dice que cierra su chiringuito y pensé que le escribiría unas líneas para decirle adiós; y en esas estaba cuando me sonaron en algún rincón encefálico los latinísimos compases de Pedro Navaja; y me di cuenta de que la canción habla de cómo una cosa lleva a la otra, y habla de las chiripas, de la mala suerte de estar en un lugar determinado en un mal momento; y me percaté también de que, chiripas o no chiripas, acabo de estar en Panamá (por cierto, que Rubén Blades es el ministro de Turismo, ¡olé!); y que efectivamente, la vida te da sorpresas; y que una cosa lleva a la otra, y que esto y esotro de más allá; y que qué te parece si nos quitamos la ropa y hacemos lo que suelen los equinos y las equinas cuando les da la calor hipofisaria en las pasturas inmensas del Medio Oeste gringo; y luego, habiendo relinchado tantito de gozo, nos vamos agarraditos de la cintura a la calle, a tomar un cafelito poscoital, tan ricamente, que de eso era de lo que iba Sexperiencias. Creo.
Si se confirmara... ¡ah!
Que de estar enamorada
mi venganza tendría efeto
pues que podría, discreto,
herilla de una balada
y matalla de un soneto.
Ya derrapé algo, soy un primitivo. En fin, adiós, Milena, y gracias. Espero que mi escultura del sesenta y nueve luzca linda en tu hogar y hayas tenido incontables amantes de calidad virgen extra, gracias a su poderoso efecto atractor (y si te van las chicas, también su efecta atractriz). A mí me gustó tu libro, que por cierto tenía un par de erratas aunque nunca pude reunir el valor para decírtelo, porque cómo iba yo a ser tan pedante y tan desagradable si hasta me firmaste el libro y todo. Lo dicho, soy un cobardica.
Como no soy vate fino, voy a homenajear los mejores momentos de tu bitácora, querida Milena, con mi elogio lírico en prosa preferido, obra de algún guionista a quien el mondesvol tendrá en la pastagloria cuando le llegue el momento.
Y no sabiendo qué más decir (ni cómo) tras tan expresivas frases de alguien más ducho que yo en la res scriptorum, lo rubrico en Madrid, el día de san Canuto (rey), por la noche. Expídase y notifíquese a las partes.Calabaza, se acaba un nuevo día y como todas las tardes quiero despedirme de ti.
Quiero despedirme y darte las gracias, una vez más, por seguir aquí con nosotros. Tú, que podrías estar en las mesas de los ricos y los poderosos, has elegido el humilde bancal de un pobre viejo para dar ejemplo al mundo.
Yo no puedo olvidar que en los momentos más difíciles de mi vida, cuando mi hermana se quedó preñada del negro, o cuando me caparon el hurón a mala leche, solo tú prestabas oídos a mis quejas e iluminabas mi camino.
Calabaza, yo te llevo en el corazón.
Mus
8 Comments:
Mus querido, me sigue fascinando tu manera de escribir. Me tienes locamente enamorada de tus tropos y trópicos. Vendré a visitarte más seguido ahora que ya tengo otra vez tiempo libre. A fin de cuentas, Uno no es celoso.
Hola, Cata. Muchas gracias, eres un amor.
¿Cómo fue tu regreso? Espero que ya hayas superado la hipotermia. A las jacarandas les quedan apenas unas semanas y de seguro que sus flores te quitarán cualquier frío residual.
Tengo curiosidad por saber cómo se llamará ahora tu bitácora, aunque ahora que anduve en San Panchito tenía que dormir con siete frazadas .:(
Besos. :)
Ay, Mus, pues creo que mi blog seguirá siendo Vida de Hielo, porque sigo siendo la misma paleta helada de siempre. Uno tiene calor y duerme con una mantita de avión (que me robé cuando veníamos, jiji) y yo duermo con dos cobertores.
Por las flores no te preocupes, ya tengo jardín y sembré flores. Quiero tener rosas de cinco colores: rojas, rosas, cremas, blancas y durazno, y a las blancas les voy a poner anilina en las raices para que se pinten de azul.
¡Un abrazote!
Ay, pobres flores albas, sus raíces parecerán los ojos de los clones de Hitler en la peli 'Los niños del Brasil'.
Si tú duermes con dos cobertores y Uno con una mantita de avión, a mí me salen dos camas o un notable prodigio organizativo monotalámico. A ver para cuándo el apgreid... ;)
En realidad lo que tienen es una cama king size (yo la puse ahí, hace tres semanas) y de organizados, nada, que sé perfectamente cómo duerme mi prima: inicia perfectamente envuelta, cual tamal de dulce, y termina con las cobijas en las orejas quejándose de que tiene frío en los pies. Más bien el pobre Uno ha debido aguantar, resistir, tolerar, e inclusive me atrevo a decir que a pervivir el hecho de que mi prima menor lo abraze a media noche. Si esa experiencia (que te abraze) no es fácilmente tolerable a medio día, a menos que medren entre abrazante y abrazado algunas capas de aislantes térmicos, a media noche, con alevosía, nocturnidad y ventaja, me figuro que debe de ser una experiencia traumática por decir lo menos.
Desde aquí presento mis respetos, me quito el sombrero y me pongo de pie, ante la figura de ese médico quebecois mal afeitado que mi prima se trajo en el equipaje.
> En realidad lo que tienen es una cama king size (yo la puse ahí, hace tres semanas) y de organizados, nada
Ah, me lo temía, ya los celos me reconcomen los higadillos... ¡y encima hay que presentarle respetos al quebequés! Qué triste suerte la mía. :(
Hola, V. :)
Triste suerte, ciertamente, pero no la suya, caballero, sino la de Uno. Y de antemano le ruego perdón y le ofrezco disculpas si al llamarlo caballero le ofendí.
Hola, Mus.
Jeje, mi buen, me sorprende que me llamen caballero en lugar del habitual escoria, jijode, rimaconpulpejo, basurainfame y lindezas de estas. Caballero suena a miel para mis oídos :D
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