15 septiembre 2012
10 septiembre 2012
Eclesiogenia
Un día, sin firmar un documento ni mediar un previo aviso, sin comerlo ni beberlo, llegó al mundo una energía del firmamento estelar.
Algunos que la vieron llegar sostenían que tenía forma de bocadito de nata, pero otros afirmaban que sin duda alguna era más parecida a un alfajor de dulce de leche y no faltó quien los menospreciara a todos y zanjara el asunto exclamando que la energía tenía más bien morfología de trufa de chocolate pero con un como cosito en el lateral (o en la parte de atrás, según el relato de algunos de estos últimos, pero que tampoco estaban seguros). Aunque en Marte la vieron llegar también, con la impresión se quedaron mudos y ya fue imposible obtener una sola explicación de ellos de los moradores de ese planeta. Una lástima.
Entonces la energía habló enérgicamente, comilfó, y dijo: "Oh, creyentes, aquí dejo mi verdad. Si, a ti también, el de la primera fila, el que se está metiendo el dedo en la nariz".
Y no pudiendo discutir razones tan apabullantes, la gente vio de verdad que en verdad habían visto la verdad. Sus corazones se regocijaron y abandonaron para siempre los postres y los mignardises y a partir de entonces solo comieron el primer plato y el segundo plato, y después pasaron directamente al café; salvo quienes estaban a dieta, que pasaron a comer solo el primer plato y el café (pero con endulzante hipocalórico).
Como necesitaban una liturgia y comer bocaditos de nata, alfajores o trufas de chocolate engorda mucho, decidieron optar por limpias y sahumerios y se dedicaron a ello con gran entusiasmo.
Así es como surgió la Iglesia de la (In)Ciensología: por el poder inmenso de la epifanía. Esta es la verdad, la única. Todos los rumores, insinuaciones y chismorreos sobre consumo de psicodislépticos u otros psicótropos por parte de quienes asistieron a aquella revelación deben tacharse de apócrifos, espurios, herejes. Bah.
En un pueblo de La Mancha, el día de santa Pulqueria (laica) cerca del mediodía.
Mus
Algunos que la vieron llegar sostenían que tenía forma de bocadito de nata, pero otros afirmaban que sin duda alguna era más parecida a un alfajor de dulce de leche y no faltó quien los menospreciara a todos y zanjara el asunto exclamando que la energía tenía más bien morfología de trufa de chocolate pero con un como cosito en el lateral (o en la parte de atrás, según el relato de algunos de estos últimos, pero que tampoco estaban seguros). Aunque en Marte la vieron llegar también, con la impresión se quedaron mudos y ya fue imposible obtener una sola explicación de ellos de los moradores de ese planeta. Una lástima.
Entonces la energía habló enérgicamente, comilfó, y dijo: "Oh, creyentes, aquí dejo mi verdad. Si, a ti también, el de la primera fila, el que se está metiendo el dedo en la nariz".
Y no pudiendo discutir razones tan apabullantes, la gente vio de verdad que en verdad habían visto la verdad. Sus corazones se regocijaron y abandonaron para siempre los postres y los mignardises y a partir de entonces solo comieron el primer plato y el segundo plato, y después pasaron directamente al café; salvo quienes estaban a dieta, que pasaron a comer solo el primer plato y el café (pero con endulzante hipocalórico).
Como necesitaban una liturgia y comer bocaditos de nata, alfajores o trufas de chocolate engorda mucho, decidieron optar por limpias y sahumerios y se dedicaron a ello con gran entusiasmo.
Así es como surgió la Iglesia de la (In)Ciensología: por el poder inmenso de la epifanía. Esta es la verdad, la única. Todos los rumores, insinuaciones y chismorreos sobre consumo de psicodislépticos u otros psicótropos por parte de quienes asistieron a aquella revelación deben tacharse de apócrifos, espurios, herejes. Bah.
En un pueblo de La Mancha, el día de santa Pulqueria (laica) cerca del mediodía.
Mus
04 septiembre 2012
Perder el tiempo con el amor
Llegué a la conclusión de que esto de amar es un negocio serio y se le debe dedicar tiempo de exégesis. Como desconozco por completo el tema, busqué y encontré algo que me encantó y quiero compartirlo. Procede de un artículo científico titulado: Romantic Beliefs and Myths in Spain. Barrón López de Roda A, Martínez-Iñigo D, de Paúl P, Yela C. Span J Psychol. 1999 May;2(1):64-73.
Como está en inglés y yo no tengo mucha idea de ese idioma, le pedí a un amiguete que me tradujera y disfruté leyendo este cacho sobre los mitos del amor.
- Mito de la equivalencia. El amor entendido imperativamente como un intenso apasionamiento, como “estar enamorado”, de modo que si alguien no siente el mismo apasionamiento que los primeros días significa que no ama de verdad a su pareja y por lo tanto debe poner fin a la relación.
- Mito de la media naranja. La creencia de que, de alguna manera, todas las personas tienen a alguien para quien están predestinadas.
- Mito de la exclusividad (del enamoramiento). Supone que es imposible estar enamorado de dos personas al mismo tiempo.
- Mito del apasionamiento eterno. La creencia de que, si es real, el intenso apasionamiento de los primeros momentos durará (o debiera durar) para siempre.
- Mito de la omnipotencia (el amor lo puede todo). Implica que confiar en el amor auténtico sorteará y superará cualquier obstáculo.
- Mito de la fidelidad. En su concepción más extrema, supone que si alguien está verdaderamente enamorado le será sexualmente fiel a su pareja (lo que a su vez implica que si uno no es fiel es que no ama de verdad a su pareja).
- Mito del matrimonio. Considera que el amor (es decir, el enamoramiento o apasionamiento) es el único motivo auténtico para casarse.
- Mito de la pareja. Se afirma que la relación en pareja es inherente al ser humano.
El artículo describe un estudio en el que los autores preguntaban a la gente hasta qué punto estaba de acuerdo con cada uno de estos conceptos. Supongo que no les diría que eran mitos, claro.
Y... ¿son mitos o son cosas auténticas, reales, consustanciales, imbricadas por nacimiento en nuestra vida? Si lo son, somos unos hachas; si no lo son... si no lo son, quizá estemos perdiendo el tiempo miserablemente.
En un pueblo de La Mancha, el día de san Moisés (profeta) por la tarde.
Mus