24 julio 2011

Nostalgia del pudor

Es interesante ver hasta qué punto varían las consideraciones de intimidad.

Yo me paso el día en pelotas, o casi, y no me causa el menor problema desnudarme ante nadie. Sin embargo, considero una impudicia la expresión pública de la fe religiosa. No me refiero a llevar un símbolo externo, sino a estar excretando por Facebook la plegaria diaria o a plantarse en una vía pública a soltar por los altoparlantes un rosario completito frente a la morada de personas inocentes, personas que nada hicieron para merecerse tal castigo.

Si a ti no te importa mi culo y consideras que es una parte íntima mía que no tienes por qué ver, ¿por qué coño debo pensar yo que tu relación con la divinidad es materia pública? Si no dirijo mi cañón de proyección al muro albo de la parroquia para plantar ahí mis películas pornográficas, ¿por qué demoños no se abstiene la parroquia de emitir sus liturgias a los cuatro vientos para torturarme con sus imbecilidades?

Además todo el mundo sabe que el único dios es el Mondesvol y la salsa carbonara es su profeta.

En San Vicente, el día de san Antonio Torriani (beato) por la mañana.

Mus

18 julio 2011

Mi prole

Este Mus, que eligió la infecundidad y decidió dejar que el polvo estelar de sus cromosomas se desintegre eternamente para fundirse con el orbe, que se mantuvo virgen e inasequible a cualquier acceso sexual, que miró la belleza de la mujer (incluida la mujer del prójimo, que es más difícil aún) desde la más estricta perspectiva filosófica y que mantuvo firme su desprecio a lo mundano y biogenerador, en su senectud ha venido a ver su casa inundada por una suerte de plaga bíblica de diminutos batracios que han colmado de alegrías su vida y de esperanza su espíritu.

He aquí, sin dejarme una sola, la lista alfabética de las 326 ranas de la fuente de mi patio:

Aarón, Abel, Abraham, Acadio, Adán, Adriana, Agamenón, Ágata, Agripina, Ainara, Aitane, Alejandra, Alfonsito, Alfreda, Alicia, Alipio, Amador, Amaranta, Ambrosio, Amós, Amparo, Ana, Anaxágoras, Ángel, Antioco, Antonina, Anturio, Anuska, Apelio, Aquilino, Ariel, Aristóteles, Arquímedes, Arsenio, Artemio, Asclepio, Ataúlfo, Aurelia, Ausías, Auxiliadora, Ava, Bárbara, Bartolomé, Baudilio, Beatriz, Begoña (esta salió reputa, todo hay que decirlo, y al poco de sacar las patas ya andaba besando sapos con salacidad), Belén, Belisario, Benigno, Berenguela, Betina (la única que salió chela), Bonaventura, Bonifacio, Brittany, Brunilda, Calixto, Camila, Camilo, Camino, Candela, Carlota, Carmelo, Casiano, Casiopea, Cástulo, Catalina, Cayo, Cecilio, Celedonio, Celia, Cesáreo, Clara, Claudia, Clementina, Cleo, Cleofé, Clodoaldo, Clotilde, Conchita, Constancia, Corina, Costelo, Crisóstomo, Críspula, Cristino, Daniel, Darío, Deisy, Diego, Dimas, Dolores (pero todos le dicen Lolita), Donaldo, Dora, Doroteo, Drusila, Dulce, Eduarda, Efrén, Elanor, Elena, Eleuteria, Eligio, Elisa, Elisa (estas dos son gemelas idénticas y me pareció conveniente que, ya que son igualitas, también tuvieran el mismo nombre para evitarles problemas de identidad), Emanuel, Emérita, Emeteria, Emilina, Encarnación, Encina, Eneas, Enriqueta, Epaminondas, Epigmenia, Epígona, Esaú, Esmeralda, Esperanza, Esquilo, Esteban, Ester, Eufrasia, Eugenio, Eulogio, Eutiquio, Eva, Everardo, Exuperio, Fabiana, Facundo, Federico, Félix, Fermina, Fernando, Flor, Francisco (le decimos Paquita, porque salió con algo de pluma), Froilán, Fructuoso, Gastón, Gertrudis, Gideón, Gina, Giovanni, Gonzala, Gotardo, Gregorio, Gualberto, Gunilla, Gustavo, Héctor, Hipólito, Honorio, Hortensio, Huseín, Iciar, Ifigenia, Ignacio, Igor, Iker, Ingrid, Iris, Isaac, Isabela, Isidora, Ismael, Iván, Jana, Jasón, Jazmín, Jenofonte, Jenón, Jeremías, Jerónima, Jesusa, Jimena, Joaquín, Jonás, Josefina, Juan, Judit, Julio, Júpiter, Justa, Karina, Laura, Leonor, Leopoldo, Leticia, Liliana, Lina, Lisístrata, Lorenzo, Lourdes, Lucas, Lucio, Ludovicio, Luis, Maicol, Malena, Manuel, Marcial, Marcos, Margarito, María, Mariano, Mario, Marta, Mateo, Máxima, Melania, Melisa, Mencía, Mercedes, Miguela, Mirko, Mónica, Muriel, Nacha, Natalia, Nazaria, Nemesio, Néstor, Nicéforo, Nicomedes (¡menudo elemento, el Nico!), Noelia, Norma, Nuño, Nuria, Obdulia, Ofelia, Olegario, Olivia, Omar, Onofre, Ordoño, Osel, Osmundo, Pablo, Palmiro, Paloma, Paris, Pascasio, Patricia, Paulina, Paz, Penélope, Pericles, Petra, Pía, Pilar, Polly, Prado, Práxedes, Primitivo, Princesa, Príncipe, Próspero, Pura, Quiteria, Ramiro, Ramón, Ramsés, Raquel, Raúl, Rebeca, Régula, Remigia, Renata, Resurrección, Rex, Ricardo, Rigoberta, Rodrigo, Román, Romina, Romualda, Rómulo, Rosa, Ruth, Sagrario, Samuel, Sandra (nació cojita, la pobre, sin flagelo caudal), Sanjuanita, Sara, Saturnino, Saúl, Sebastiana, Selena, Senén, Serafina, Serapio, Sergio, Severina, Sierra, Silvestre, Silvina, Simón, Sinforoso, Sixto, Sócrates, Sonsoles, Sulpicio, Tadea, Tarsicia, Teobaldo, Terpsícore, Thais, Tiberio, Timoteo, Tomás, Tránsito, Tristán, Uilfredo, Valeriano, Venancio, Víctor, Vladimiro, Xavier, Xóchitl, Xosé, Yago, Yamilet, Zacarías, Zenobia, Zenón y Zoilo.

Todas ellas, menos las típicas diez o doce remolonas que se resisten a dar, literalmente, el salto (quién no ha tenido alguna vez unas ranas de estas, que no salen de casa ni a tiros...), ya se emanciparon.

A pesar del notable esfuerzo bautismal y nominativo que supuso (por no hablar de la dificultad que entraña su sexación), haberles puesto nombre tiene la ventaja de que ahora cuando las veo puedo llamarlas por su nombre de pila y escuchar sus historias de saltos y cabriolas en busca de mosquitos y otras dulzuras que la Pacha Mama le da a los de su grey.

Oh, desvelos, afanes y regalos de la ranicultura. Oh.

En el municipio de Acajutla, el día de san Arbogasto (obispo) por la noche.

Mus

05 julio 2011

Impotencia

¿Qué habrá estado haciendo? —se preguntará más de una. Ya habrá ocasión de inventárselo; por hoy, el asunto es otro.

Calculo que entre frase y frase, entre párrafo y párrafo, elimino a diario a puro palmetazo una media de medio millón de zancudos tropicales hijueputas. Son muchos zancudos por frase y párrafo, sobre todo teniendo en cuenta que escribo muchas frases y muchos párrafos (que sean pura insensatez es indiferente a los efectos insecticidas de los que hablo).

A pesar de tan notable esfuerzo temo no poder aniquilar la estirpe de estos cabrones. Digo yo si no podría nuestro mondesvol, el feculento criador, Su Pastosa Divinidad, haberse inventado un bicho que hiciera —sin tener que casarse, ojo— dulzuras, incluyendo en forma enunciativa, mas no limitativa, amorosas rascaditas de espalda, bizcochos borrachos y/o mamadas artísticas. Por ejemplo.

El caso es que detesto eso de "incluyendo en forma enunciativa, mas no limitativa" y probablemente detestaré cualquier otra frase, oración o exabrupto que contenga la palabra "incluyendo". La impotencia que siento cuando la veo es muy equiparable a la que la nube de mosquitos me genera.

En el municipio de Acajutla, el día de san Agatón de Sicilia (mártir) por la tarde.

Mus

04 julio 2011

Decíamos ayer...

Hoy estaba como todos los días, sentado frente a la máquina que me sirve de algodonal, con todo el ventanal abierto y mirando hacia el jardín en este día gris, cuando un colibrí acertó a zumbar frente a mí, a apenas dos metros. Me quedé quieto para no asustarlo y, cumpliéndome, el pajarillo se metió en mi casa, me pasó a escasos centímetros de la oreja derecha y sin encomendarse a dios ornitológico alguno remedó, muy en fundamento teniendo en cuenta su exigüidad parainséctica, las conductas repetitivas y estériles de las libélulas y otros bichos tales: encontró una ventana y le dio la necedad de salir por ella a pesar de estar cerrada.

El espacio principal de mi casa es amplio y está tan abierto que si esto fuera una nave y la corteza terrestre fuera fluida, yo hace tiempo que estaría haciendo tierra y hundiéndome hacia el nife. Oh, soberbia zambullida metálica fuera, proclamo. El caso es que el animal tenía setecientos sitios por donde salir de su aventurilla doméstica, pero se empeñaba en hacerlo a través de un vidrio más terco que él. Al fin temí que se agotara o se descalabrara y, en prevención de no encontrar a la mano veterinarios especializados (y económicos) en colibríes exangües, le abrí paternal la ventana y voló raudo a posarse y descansar en un cocotero.

Colibrí o no, el mundo está ahí para volar, disfrutarlo y libar con la lengüecilla vivaracha cuantos néctares te brinden las flores que salen a tu encuentro. Ustedes ya me entienden. Es necio empecinarse con el cristal y arriesgado esperar a que alguien te franquee el paso; sale más a cuenta salir por otro lado.

He vuelto. Me demoré un año, pero he vuelto.

En el municipio de Acajutla, el día de santa Isabel de Portugal (reina) por la noche.

Mus