02 julio 2009

Uno, dos, tres, cuatro, fuuu


Escuchaba ayer esta canción y evocaba mi mantra preferido: que estoy hasta el gorro de trabajar. Insisto: desearía postulantas a mantenerme. Pídanme el formulario de solicitud que yo con sumo gusto se lo envío.

Di en pensar que si el Sr. Jackson (padre) hubiera tenido la desgracia de ser marino en el siglo XVIII y se hubiera pasado varios años en aquellas interminables navegaciones panoceánicas, al regresar a puerto se habría encontrado con el rostro sospechosamente albugíneo de su vástago y la Sra. Jackson habría tenido que dar muchas explicaciones. En eso, los Jackson han tenido suerte en la vida.

Los recientes sucesos luctuosos de Bel Air me hicieron recordar el memento homo, el tempus fugit, el carpe diem, el requiescat in pacem y todos esos latinajos, a más del Blame it on the boogie, el Thriller y el Beat it de rigor. De rigor mortis diríase, incluso. Por suerte o por desgracia, con la única excepción de mi mitomanía por Luis Ciges (grande entre los grandes; el mondesvol lo tenga en su glucídica gloria) y alguna que otra reinona del porno de calidad, reconozco que mi interés por la vida de las figuras públicas y del espectáculo tiende a cero, lo que hace que el deceso del Sr. Jackson me importe más o menos lo mismo que el del último cliente del comensal que tuve el gusto de conocer hace un par de días.

A pesar de ello, admito que hay numerosas enseñanzas que extraer de este fallecimiento. La primera es que no debe uno tomar drogas, sobre todo en soledad y sobre todo si son letales. Tampoco se debe inflar nunca el chaleco dentro del avión. La segunda es que no debe uno contratar a un cardiólogo que se ponga nervioso y no sepa bién que hacer en caso de paro cardiaco. La tercera es que todos deberíamos aprender a saber qué hacer en caso de que alguien de nuestro alrededor tenga la estúpida idea de entrar en paro cardiaco.

Así que ayer fui a Sonsonate a pagar el recibo de la luz y al pasar por la delegación local de la Cruz Roja me interesé por los cursos de primeros auxilios. Con toda amabilidad me recibieron los datos y me dijeron que me avisarían tan pronto programen uno.

A mi primer y único curso de primeros auxilios acudí para poder certificarme como especialista de rescate de buceo. Ni que decir tiene que ya no me acuerdo de nada. ¿Eran cinco masajes y una respiración o cuatro masajes y dos respiraciones...? ¿O cómo demoños era? Ya no me acuerdo. De todos modos, sabiéndolo o sin saberlo, como tenga que sacar yo a alguien de las profundidades y darle reanimación cardiopulmonar en el agua hasta llegar a un lugar que diste más de tres metros , creo que mejor será abreviar y limitarme a ponerle una monedita en la boca para que tenga con qué pagar a Caronte. Y no iremos mal si no me ahogo yo también en el rescate...

Sin embargo, creo los primeros auxilios representan un saber importante e interesante. Y con suerte, ¡habrá chicas en el curso sonsonateco! Ustedes pensarán que mi interés es hacerles un boca a boca, o incluso masajear torpemente sus senos; pero si es así, yerran. Yo lo que quisiera hacer es más bien es... ¡ras! deszafarles el sujetador, sostén, brasier o corpiño de un tijeretazo. De todos modos, se me da fatal desabrochar sujetadores. Para todo lo demás no se tiene tiempo de pensar: la reanimación cardiopulmonar es muy estresante y uno no se fija en nada ni recuerda nada. Pero ese momento dulce, ese instante en que se cercena la intimidad mamillar de la chica, eso sí que está chivo, chévere, padre o como prefieran llamarlo.

No me miren así. Qué sé yo; cada uno tiene sus fantasías, ¿no? Pues, hala, lectrices, si les interesa un curso de primeros auxilios en Sonsonate dentro de unas semanas, escríbanme sin falta para irlo preparando. Los lectores varones pueden tomarlo en su localidad, no se molesten.

En el municipio de Acajutla, el día de san Proceso y san Martiniano (mártires) por la noche.

Mus

2 Comments:

Blogger Quien Resulte Responsable manifestó al respecto que...

Si bien estoy completa, total y absolutamente de acuerdo con usted en cuanto al objetivo de primeros auxilios (y debo admitir que yo siempre reprobé el boca a boca: con las chicas me quedaba demasiado tiempo pegado, con los varones no llegaba a aplicarlo por razones que sería muy prolijo enumerar en este momento), me temo que Caronte ya está harto de moneditas. Con esta crisis galopante, Caronte prefiere que le paguen en moneda fuerte, y mejor aún, en billetes de a quinientos euros. Sin embargo, tengo noticias de que últimamente también acepta alimentos exóticos como pago, para darle más variedad a su dieta.

3/7/09 1:24 p.m.  
Blogger Mus manifestó al respecto que...

Si quiere plata seria, al menos que venda la mugre barquita de remos y ponga algo acorde con los tiempos. Mientras mantenga el transporte tradicional, recibirá su tradicional monedita. Es lo justo, ¿no?

3/7/09 2:05 p.m.  

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