Autocensura innecesaria
El sábado llegaba tarde a una cita y en lugar de caminar por la ciudad me subí a un taxi, con cuyo conductor entablé esa plática inevitable entre viajeros españoles y taxistas centroamericanos: el fútbol; o, más bien, si uno le va al Real Madrid o al Barcelona. Los taxistas de estos lares son apasionados del fútbol español. Este en concreto era del Barça, así que lo felicité por el buen año que le había dado el equipo y luego pasé a otras cosas más de mi interés. [Nota: El fútbol me importa un pimiento aunque admito que disfruto sabiendo que pierde el Real Madrid.]
Estábamos metidos en una trabazón de etiología incierta cuando el motorista, que así es como llaman acá a los choferes, se quedó mirando a un gran vehículo negro que estaba delante de nosotros y se le escapó un "¡tremenda troca!". La verdad es que era un carro imponente.
Hace tiempo que conozco el vocablo troca, pero me interesó lo que tuviera que decirme mi taxista, así que le pregunté si así le decían en El Salvador y él me contestó que sí aunque confesó algo apenado que en realidad no era un término español "bueno", sino influencia gringa, y que en español eso era propiamente una camioneta.
No recuerdo bien sus palabras, pero me impresionó su conciencia sobre el casticismo léxico. Tampoco era plan de decirle nada, pero lo cierto es que yo no estaba de acuerdo con él.
Por lo que sé (quizá me equivoque), una troca es una camioneta, sí, pero de las que tienen al aire el cajón posterior, y es un vehículo que se suele dedicar a labores agrícolas o de carga de mercancías. Las camionetas de por aquí son lo que los gringos llaman SUV (Sport Utility Vehicle), que en España son "todoterrenos" o "cuatro por cuatro". En España las camionetas son camiones de tamaño pequeño o mediano, y a los españoles siempre nos resulta difícil acostumbrarnos a ver un todoterreno tratado como camioneta a pesar de que llamamos todoterreno a muchos vehículos que no parecen precisamente pensados para andar por caminos complicados y agrestes. En definitiva, no resulta tan fácil entenderse cuando se habla de estos chismes.
Volviendo a mi motorista, a su anglicismo troca (la palabra viene del inglés truck, que significa camión) y a su autocensura léxica, a mí me parece que la palabra troca es muy útil y debe fomentarse su uso. Es una camioneta, sí, pero es una camioneta especial, tanto que en España no les pusimos nombre alguno y les decimos "picap" aunque seguimos escribiendo pick-up, así que los que les dicen troca ya se esforzaron más que nosotros y crearon una palabra de morfología muy española y fácil de manejar.
Me da algo de tristeza que aún no esté en el diccionario de la RAE ni en el Clave (que, por cierto, es mi diccionario preferido de español), pero al menos ya hubo quien hizo un primer intento por documentarla. Yo ya nunca volveré a decir picap: prefiero troca que es más práctica y hasta linda. Hale.
Me gustan las palabras; me gustan mucho. También me gustan mucho las damas. Y visca el Barça.
En el municipio de Acajutla, el día de santa Justa y santa Rufina (martiresas) por la noche.
Mus
6 Comments:
Mmm yo no uso mucho la palabra troca, pero es muy utilizada aca en el norte de México... hay una cancion de Molotov que se llama "Mas vale cholo" que menciona la troca y me gusta mucho, sobre todo desde que tengo una....
Aquí una "troca" es una madeja de lana y cuando alguien dice "no emboliquis la troca" te está diciendo:no compliques las cosas o no seas liante!
Me he hecho un lío con tanto nombre pero troca me gusta.
Un beso culer.
Que sabiduría la tuya. No hace falta más profundidad que esa en términos futbolísticos. Una vez revelada la verdadera fe (culé, claro), sortearás los tormentos de la vida y de la lengua con mayor clarividencia.
Sobre la temática lingüística de hoy, a mi me apasiona la palabra "yonque" (de junk cars) que se usa en el norte de México para referirse a los desguaces de coches.
Hola, Berenguer, bienvenido. :) ¿Entonces los yonques son como los deshuesaderos? :))
El yonque norteño es el huesario tapatío. Que también es donde se expenden las piezas recuperadas en un deshuesadero, sólo que los tapatíos lo pronuncian como desgüesadero (que suele ser un lugar jediondo y enmojecido, nunca hediondo y rara vez enmohecido).
Cortocircuitada. ¡Qué lío!
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