04 mayo 2009

Via restaurantis (sección gastrosensual): séptima estación

Séptimo misterio: Mus se sonroja por segunda vez
Chichi alarga la mano por encima de la mesa y la deposita suavemente sobre la mía. Me mira entre seria y divertida y me dice que siempre le gusté y que está feliz de que haya venido con ella. Yo alcanzo mi punto de fusión con tal frase y el vértigo que me arrebata el hipocondrio solo cede a golpe de las yemas de erizo revestidas con un néctar de verduras dulces con granos de pimienta larga, plato que con diligencia suma nos aporta una mesera. Su acento me suena.

—¿Le importa que le pregunte de dónde es usted?
—Mexicana, de Ciudad Juárez.
—¡Ándale!, ya sabía yo que me sonaba su acento.

En el plato predomina el sabor intenso de los erizos; personalmente me importa poco porque me gustan los sabores intensos, como adivino que son los besos de Chichi, pero debo decir que el plato me decepciona un poco, justo porque no logro verle el chiste al néctar ese de verduras duz y tal. Me gusta porque los erizos me erizan la pelambre, pero si me habrían puesto solo esos animales en el plato me habría horripilado igual.

Escrito en un vuelo de Continental Airlines el día de san Fidel de Sigmaringa (presbítero y mártir), por la noche; publicado el día de san Gotardo o Godofredo (obispo), por la tarde.

Mus

1 Comments:

Blogger PS manifestó al respecto que...

No sé si voy a poder seguir leyendo hasta la décima estación sin reservar mesa en Mugaritz...

(aunque los erizos como mejor saben es nature y sin néctares ni mejunges frutales)

5/5/09 2:46 a.m.  

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