Via restaurantis (sección gastrosensual): tercera estación
Tercera estación: Mus se sonroja por primera vez.
Chichi se relame, pero como ya hace varios minutos que nos comimos los espárragos me asalta la posibilidad de que en realidad me esté sacando su lengüecilla con lubricidad. Me pongo colorado como un tomate colorado, pero enseguida viene al quite una mesera que nos trae el último aperitivo: unos trocillos de bacalao en una salsita suya.
Empiezo a marearme del impacto táctil de estas cosas que me traen. Además, a Chichi se le ha disparado un pezón y eso tiene en mí un efecto cronotrópico positivo. El otro pezón parece que descansa, menos mal.
Escrito en un vuelo de Continental Airlines el día de san Fidel de Sigmaringa (presbítero y mártir), por la noche; publicado el día de san Isidoro (obispo y doctor de la Iglesia), por la mañana.
Mus
Chichi se relame, pero como ya hace varios minutos que nos comimos los espárragos me asalta la posibilidad de que en realidad me esté sacando su lengüecilla con lubricidad. Me pongo colorado como un tomate colorado, pero enseguida viene al quite una mesera que nos trae el último aperitivo: unos trocillos de bacalao en una salsita suya.
Empiezo a marearme del impacto táctil de estas cosas que me traen. Además, a Chichi se le ha disparado un pezón y eso tiene en mí un efecto cronotrópico positivo. El otro pezón parece que descansa, menos mal.
Escrito en un vuelo de Continental Airlines el día de san Fidel de Sigmaringa (presbítero y mártir), por la noche; publicado el día de san Isidoro (obispo y doctor de la Iglesia), por la mañana.
Mus
1 Comments:
Me lei todas las estaciones de golpe... que te puedo decir, para mi sensualidad y comida van de la mano... y que pasó después?????
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