08 noviembre 2009

La riada

El Salvador es un país muy quebrado, con volcanes y cerros que se despeñan desde las alturas en pendientes tan verticales como inestables. Además es un país chiquito, un poco más pequeño que la Comunidad Valenciana, pero en sus caseríos se agolpan siete millones largos de personas.

Están a punto de abandonar lo que ellos llaman el invierno, es decir, la temporada de lluvias. Cuando llueve, lo hace a lo tropical: a mares; pero las ondas tropicales normales no alcanzan a parecerse a una tormenta tropical o un huracán. Con estos meteoros no es que llueva, es que las nubes baldean el mundo.

Muchos salvadoreños viven en cualquier sitio, en ranchos hechizos, donde pueden. Uno de esos sitios es al borde de las barrancas; cuando llueve mucho, estas se llenan de agua y se desbordan o socavan con furia los márgenes y hunden las viviendas de fortuna.

Espero que los de allá puedan superar este desastre lo mejor y más pronto posible. Cuando el huracán Wilma golpeó la península de Yucatán, yo estaba allí y vi caer el agua y oí cómo ululaba el viento, pero aquellas eran construcciones de verdad. Después de haber estado en El Salvador y haber visto sus viviendas, me puedo hacer buena idea de la catástrofe.

Y no sé qué más decir aparte de que estoy triste por esta situación, así que me voy a callar la boca.

En Madrid, el día de la dedicación de la basílica del Salvador, amaneciendo.

Mus

1 Comments:

Blogger Chuspi manifestó al respecto que...

Entiendo su pesar don Mus...
pero no me té tiste hombre...

Ainss..

La naturaleza es así de vivaz e hijaputa tantas veces que por mucho que avancemos en otros campos, jamás conseguiremos dominarla.

Yo siempre he pensado que esa gente tiene que ser de otra madera, especial incluso, pues se pasan los años reconstruyendo continuamente el presente y el futuro inmediato hasta que vuelven a perderlo todo.
Y todo ello sin psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas de sofá de sky ( o como corchos se diga) que les escuchen sus plegarias..

Son el mayor ejemplo para la Humanidad, pero somos tan puñeteramente egoístas que seguimos preocupándonos por poder comprar el Fairy en vez del lavaplatos Eroski.

Puta vida al fin y al cabo, y como siempre, las injusticias me reconcomen los higadillos a pares...no lo sabe usted bien.

Un beso^^

9/11/09 8:28 a.m.  

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