02 noviembre 2009

Otra declaración de amor



Está sentada en un sofá doble, desnuda, con la felpa acariciando toda su piel y los vellos exiguos que tapizan los alrededores de su coño. Se recrea con el bamboleo rítmico de los pechos de una mujer a quien un hombre penetra desde atrás con ritmo lento, dejando ver el tallo de la verga enhiesta, portentosa, que entra y sale sin descanso en medio de la penumbra, allí, a apenas dos metros de sus ojos. Siente un cosquilleo conocido en el sexo y tiene puesta en los amantes la mirada fija de quien desea aprehender la relación, no solo verla. Por la espalda le corren mil descargas al observar las muecas de placer de la otra mujer, y siente esa proximidad a ella que solo pueden compartir quienes conocen lo que significa ser montadas con arte.

A punto de comenzar a sentir envidia, nota en la espalda un tacto extraño, una mano que apenas le roza el hombro pero un segundo después se repone y continúa recreándose con la cópula ajena. Las yemas de esos dedos se deslizan por debajo de su nuca y le regalan un rascado suave, deleitoso, de los que nunca debieran terminar. Los dedos de otra mano se suman a la tarea de manoseo y recorren con confianza sus hombros, las clavículas, el cuello. Ella advierte el ritmo ya frenético de la pareja de enfrente, con sus gemidos y sus palabras de amor, y se deshace con las sensaciones que recibe durante el espectáculo. No recuerda nada, no vive del pasado y no piensa en el futuro; solo sigue con la mente los masajes tiernos del desconocido que la ama a su espalda y los embates de quienes chocan entre pasiones frente a ella. Los pezones quieren estallarle y su sexo es un charco de ilusiones eróticas, pero sus manos continúan a los lados de sus muslos, con la palma hacia arriba, ofreciéndose. Los dedos no la abandonan por detrás y recorren la nuca, sin pausa pero sin prisa. A veces, una boca se acerca a su cuello y lo besa con mimo; otras es un rostro jadeante y desconocido el que se restriega contra su cabello o una dentellada suave la que araña su oreja.

Pasan los minutos y en la habitación se instala el frenesí. Su sexo desatendido palpita entre los gemidos y sus senos rebotan en el aire con cada espasmo. Los dedos que la atienden a su espalda se han convertido en una tribu de salvajes suaves que enredan su pelo al masajearlo con fuerza hasta la raíz. Quiere que la muerdan, que la soben, que le jalen del cabello, pero que no acabe nunca lo que siente en todo el cuerpo. Los de enfrente se desbocan y el hombre deja que su chica se corra una y otra vez entre gritos, sin cesar, hasta que él mismo se rinde y explota en un bufido.

Ella siente llegar su éxtasis agenital y, cuando una mano pequeña, suave y cálida estrecha su pecho izquierdo, las sensaciones galopan y empieza a sentir que los espasmos de la vida se desatan entre sus piernas; primero muy lentos y después rápidos y convulsos, en oleadas, al notar el tacto de otra mano que estrecha con firmeza su mano derecha y una voz que se arrima al oído y le susurra: “Te amo. Me encanta verte disfrutar.”

Las manos que le acariciaban el cuello y el cabello van atenuando su presión, regresan a los mimos y finalmente desaparecen mientras ella exhala los últimos gemidos y los últimos estertores. Su vientre es un lago cálido. El calor que inundaba su pecho también se desvanece con la retirada de la mano, y ella reabre los ojos. La otra pareja sigue allí, conectada, gozándose aún. La chica tiene agarrados los huevos de su amante para no dejarlo escapar y él se sigue vaciando gota a gota, con el cuerpo vencido sobre su espalda.

Ella se vuelve a su marido, que aún agarra su mano derecha, y con lágrimas en los ojos se abraza a él con fuerza y solo alcanza a susurrarle entre sollozos: “Fue maravilloso. Gracias por traerme y por quererme tanto.”

En Madrid, el día de san Martín de Porres (religioso), de madrugada.

Mus

7 Comments:

Blogger Chuspi manifestó al respecto que...

Oiggggs Don Mus....y quién tiene ganas ahora de tragarse unos spaguettinis a la boloñesa?¿?¿?

No imaginaba yo que sus fingers fuesen capaz de brindarnos tanta lascivia desmedida....uhmmmm...
O era usted acaso el esposo que ha complacido a la dama en cuestión??

Cuenteeeeee... !!!!

P.D-Por cierto...ande anda?? En Niuyorks, en los Madriles, en tierra de naide ??

Ksss^^

3/11/09 8:41 a.m.  
Anonymous Anónimo manifestó al respecto que...

Yo soy todos, mi amor: don Mus, los fingers, la lascivia, el esposo e incluso los espaguetis a la boloñesa, si es menester. Y no soy la dama porque me falta el equipamiento, que si no...

Mus

3/11/09 8:53 a.m.  
Anonymous Curiosísima manifestó al respecto que...

Y la tribu de salvajes suaves esa ¿dónde dices que vive?

3/11/09 10:28 a.m.  
Blogger Odiseo de Saturnalia manifestó al respecto que...

De madrugada?...

Escribe de madrugada...

¡Vaya cochinadas "suingers" de esas!

¡Coño! Está usted en Madrid y no avisa...

Vaaaaaaaale... le leo muy ocupado en lo suyo.

3/11/09 5:26 p.m.  
Blogger Chuspi manifestó al respecto que...

vaya....no me creía que fuese tan megacompleto!!
Me está dando mieditosss....glups!

P.D- Pero "éso" existe? no será producto de las sectas ésas que rebusca por los montes con el Odi?

Ksss^^

4/11/09 10:52 a.m.  
Blogger Ceteris Paribus manifestó al respecto que...

Afortunadamente tengo junto a mí un vaso grande de Coca light con muchos, muuuuchos hielos.

6/11/09 2:23 p.m.  
Blogger Chuspi manifestó al respecto que...

Retorcido, reconcholisssssssssss!!!

^^

7/11/09 12:02 p.m.  

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