28 abril 2008

Los calificativos



Otro día me agradaba leer un comentario de noe78, en el que fruncía tantito el ceño ante la clasificación de los besos.

Tenía razón, pero. Siempre hay peros, coño, nunca está uno satisfacido.

Los seres humanos nos pasamos el día clasificando cosas. Incluso noe78 siente la poca idoneidad de hacer clasificaciones de besos pero termina aceptando que hay quien besa mal (ella no, ella lo hace bien, claro, ¡yo lo habría afirmado sin dudarlo!), lo que constituye un juicio, una clasificación: los malos besos dan pie a la existencia de buenos besos, de la misma manera que la existencia de mujeres que andan del brazo de tipos que nunca soy yo me convierte a mí en el tipo que no va del brazo con ellas. Cosas de la exclusión mutua, una especie de principio de Pauli aplicado al perípatos gentil. Yo estoy encuadrado en el grupo de los que no van con damas del brazo, vaya por el Mondesvol. :(

No creo que haya problema alguno en clasificar las cosas, en encuadrarlas. Por ejemplo, a mí no me gustan las coles de bruselas, las considero odiosas y atentatorias contra toda dignidad gastronómica y hasta humana. Eso constituye sin duda una clasificación de las coles de bruselas, pero no significa que yo diga que haya que prohibirlas, aunque estoy a un nanómetro de solicitarlo en el Ministerio de Agricultura, ni que andando el tiempo (aunque lo veo difícil) no se vaya a convertir este s. s. s. q. b. ss. pp. en un brasicófilo de agárrate y no te menees.

Clasificar es útil; nos permite, entre otras cosas, decidir qué queremos hacer o modificar. Lo que hagamos después con nuestras tabulaciones y nuestras morales ya es harina de otro cantar.

Un último ejemplo: yo considero que las chuletillas de cordero están deliciosas. Como así lo tengo por cierto y el domingo me enfrenté a los dos costillares de un cordero entero, a una lumbre que hice a mis manos, a unas parrillas y a unas pizcas de sal, decidí libremente engordar mi dijérase grávida panza con no menos de doscientas ochenta y tres chuletillas. Okay, sí, quizá fueron solo veinte o veinticinco, pero parecieron doscientas ochenta y tres. Es lo que tiene ser mejor que los de al lado a la hora de mondar chuletillas de cordero, o lo que tiene ser más tragaldabas y Pantagruel que ellos.

En consecuencia de todo lo anterior, en el breve espacio de un artículo cualquiera, hete aquí que entre las características de mi persona está:

- No ser acompañante del brazo de las damas
- Ser brasicófobo
- Ser agnochuletófilo
- Ser panzón, tragaldabas y Pantagruel

Y todo ello con carácter crónico, me parece, y encima quién sabe si me huele la boca o beso mal. It ain't me babe, it ain't me you're lookin' for, babe. Y así pasa, que las damas van del brazo de otros.

En Madrid, estrenando el día de san Pío V (papa).

Mus

24 abril 2008

Besar



Aunque lo practico poco, me gusta besar en sus diversos colores e idiomas. Lo que me molesta es darme cuenta de que tengo serias probabilidades de haber sido rechazado por cómo lo hago o por circunstancias colaterales como la pituitaria ajena o la química.

Estas noticias me desazonan. Ya soy bastante inseguro como para encima tener esta presión, una losa de juicio y clasificación que me haga preguntarme si estaré colocando el belfo, la lengua y los piños en los lugares adecuados. Lo peor es la certeza de que estas cosas ni siquiera se dicen y uno pasa a formar parte del grupo de los tequierocomoamigo en el mejor de los casos, y en el peor de ellos engrosa la legión de novuelvoallamaraesteindividuo. ¿Hay escuelas de besos?

La palabrería se completa con los neologismos:

El eubeso es el beso bien dado, aunque acaso se trate de un término inherentemente relativo.

El disbeso, lo contrario al eubeso, sería motivo de divorcio o cuando menos de serio altercado.

El abeso es lo mío: la ausencia, la dieta, la inanición besual.

El parabeso serían todos esos besos que se dan cerca de donde se esperan. A uno que se pone cariñoso pero no culmina se le podría decir: ¡Déjate ya de parabesos, coño!

El diabeso (quizá beso diaglotal) sería ese en el que una lengua nos atraviesa las fauces como ariete bélico.

El polibeso... en fin, lo dejo que me estoy poniendo como una moto solo de pensarlo.

[Agregado poseditorial: Tras leer la entrada de hoy de la bitácora de Chulima, hago una modificación a la mía para agregar a la lista anterior un beso más: el neumobeso, cuya explicación es innecesaria si se lee la experiencia de la antedicha.]

En Madrid, el día de san Fidel (presbítero y mártir), por la mañana.

Mus

23 abril 2008

Ustedes y yo

Hace aproximadamente 6 años que dejé de usar el pronombre vosotros y sus conjugaciones (aunque de vez en cuando se me escapa cuando estoy en España). Uno de los efectos colaterales de mi decisión es que mucha gente con quien hablo me pide que por favor no la trate con esa cortesía, que son mis amigos de toda la vida (o de cinco minutos, que ya sabemos lo rápido que enhebramos el tuteo en España).

No es cortesía alguna. La inmensa mayoría de los hispanohablantes no tienen una forma cortés y una informal para la segunda persona del plural: solo dicen ustedes, da igual que sea a los santos del cielo que a sus hijos, y la conjugación coincide con la de la tercera persona del plural (nosotros amamos, ustedes aman, ellos aman).

Esto no se cincunscribe a América, por supuesto, y en algunas zonas de Andalucía y en Canarias está también extendido. En algunas de esas zonas de Andalucía se producen además unas vacilaciones interesantes, en el sentido de que los hablantes usan ustedes pero lo conjugan tal como lo harían con vosotros, (ustedes amáis) mientras que otros se hacen más bola aún y lo dicen todo junto, ustedes vosotros (ustedes vosotros amáis o aman), y así parece que sienten que no tienen pierde.

En definitiva, la norma de vosotros (que a pesar de no existir en América se enseñaba en las escuelas, y quizá siga siendo así) la siguen apenas entre el 5 y el 8 por ciento de los hablantes de español como lengua materna que en el mundo hay: un puñadillo.

Es interesante que en todas esas zonas de América y España hayan optado por arrinconar una forma tan útil. Tal como están las cosas, los ustedesistas no pueden establecer trato cortés alguno cuando hablan en plural, cosa que sí pueden hacer, por medio del tuteo o el voseo, cuando hablan en singular. En al menos un país, Costa Rica, han ido más lejos, y el tuteo se considera una simple vulgaridad. Allá hasta los niños en la escuela se llaman de usted unos a otros. Un tico me contó en cierta ocasión que cuando alguien tutea en Costa Rica es ya porque le va a partir la madre (o sea, darle una hostia) al de enfrente.

En fin, que lo de ustedes no es cortesía: es lo que hay para la inmensa mayoría.

En Madrid, donde sigue siendo el día de san Jorge (mártir por duplicado hoy), a punto de ir a comer.

Mus

Pos yo no


Lo confieso: apenas leo libros.

[La concurrencia exclama al unísono: Te queremos, Mus, gracias por compartirlo]

Los escritores son buenos, a veces, pero hoy en día me siento más agradecido a los pequeños cuentos con que me deleitan, a veces, muchas de ustedes. Son ustedes estupendas.

Tengo un problema yo con los libros, y en términos sencillos consiste en que después de leer cosas como el Lazarillo o la narrativa de Quevedo, y ciertas cosas de García Márquez y Cela, me siento como imposibilitado para leer otras cosas. Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero todo el disfrute posterior se me echó a perder.

A eso se le aúna esta vaina de estar todo el santo día delante de mi amante, la computadora, gran perita en el lap dance, escribiendo gilipolleces que a nadie le importarán.

Uno de mis propósitos para este año era precisamente este: leer de nuevo. Veré cómo recuperarlo, pero creo que hasta que no llegue a un sitio y me esté quieto allá unas semanas, va a estar imposible.

Como saben, es costumbre en mi adorada Cataluña regalar rosas hoy, así que aquí les regalo mi rosa preferida.


Aceptaré de buen grado un Testarrosa (el real, por favor, nada de sucedáneos) para celebrar el día.

En Madrid, el día de san Jorge (mártir), por la mañana.

Mus

22 abril 2008

¿Y cómo llamar a esto?



Los recursos adaptativos de los seres vivos son ilimitados, pero a veces no sabe uno si sorprenderse de las novedades o nomás aceptar que lo raro es el statu quo, la forma en que vivimos en general, que tiene unos costos inmensos de todo tipo.

En España hay un montón de gente que vive sola, aunque en realidad no desea vivir sola, pero sí desea vivir sola, pero acompañada pero sola... No creo que esto que escribí se pueda seguir, pero confío en que se pueda entender.

Estando uno solo se vive de puta madre, como lo cantaba Coque Malla:
La gente se confunde cuando me dice
que cómo puedo quedarme conmigo mismo.
Nada me gusta más, nada de nada,
que estar aquí callado conmigo mismo.
Pero seguimos anhelando un trasero caliente en mitad de la noche, una mano sobre nuestro vientre (en mi caso, panza declarada), un aliento en el cuello y de vez en cuando una mamadita matinal y un '¡buenos días!' para empezar bien la jornada del algodonal.

Tengo una visión un poco confusa de los hilos morales de esto de intercambiar polvos por paredes, pero creo que es una elección libre. Se podría ver como que el ofertante de las paredes obliga a un solicitante de paredes que está en estado de necesidad y por lo tanto no es libre, pero creo que esto es exagerado y más bien pienso que ambas partes dan y reciben con libertad y, puesto que se pueden separar con la misma libertad, es un simple trueque de beneficio mutuo (los gringos llaman a esto win-win situation, que queda muy arturandersénico y novedoso).

Es, simplemente, práctico. Bien mirado, el hecho de que el sexo sea uno de los elementos trocados no parece demasiado importante, ni es novedoso: los seres humanos llevamos toda la historia usando el poder y sexo como moneda de cambio, y quizá también la vivienda. Es un poco como esos pajarillos que le construyen a la pajarilla un nido y ella se va con el que le ha construido el nido más lindo.

Bah, disquisiciones... Lo cierto es que yo me sentiría incómodo ofreciendo mi casa a cambio de sexo; ni modo, además ya la tengo rentada.

En cambio, si alguna amable lectriz se ofreciera a patrocinar mi vida, yo con mucho gusto dejaría de trabajar, que estoy hasta los huevos, comperdón. Para que no hubiera suspicacias con la implicación sexual, la venta de carne y todo eso, la auspiciadora me rellenaría la tarjeta de crédito con veinticinco mil dolaritos al mes y yo con mucho gusto me marcharía al día siguiente a perderme en Tahití, a dedicarme a mantener incólume su moral mientras doro mi mortalidad al sol del Pacífico, entre cocotero y cocotero. Interesadas en tener pareja in pectore (soy discreto), favor de dirigirse a la dirección de correo electrónico de s. s. s. q. b. ss. pp.

It's gotta happen, happen some time, maybe this time I'll win.

En Madrid, el día de san Sotero (papa), por la mañana.

Mus

12 abril 2008

La RAE y sus obras

La Real Academia de la Lengua Española, abreviado RAE, es una institución dedicada a la emisión de normas lingüísticas. Eso lo sabemos casi todos los que hablamos español, pero lo malinterpretamos y en nuestro ideario colectivo creemos que en lugar de ser una institución es la institución, la única. De este malentendido nos vienen numerosos males, como las frases típicas de "eso no existe porque no viene en el DRAE" o "se escribe así o asá porque lo dice en la Ortografía de la RAE". Si estas ideas desaparecieran de golpe, la cultura lingüística de los hispanohablantes avanzaría un siglo en un segundo.

Hay muchas palabras, muchísimas, que no están recogidas en el DRAE y no por eso están mal o son inexistentes. El DRAE es un muestrario más o menos amplio del vocabulario de quienes hablan español, pero en modo alguno es el aval de su existencia. No están todas las que son, y todas las que están no necesariamente son: muchas han desaparecido y no se usan o las definiciones ya no son las que se citan. Podemos encontrar mil ejemplos de nuestro propio vocabulario, pero uno con el que acabo de toparme gracias al ánimo inquisitivo de Awake es el de limpia. ¡No viene! ¿Algún mexicano diría que la palabra limpia no existe o está mal nomás porque no viene en el DRAE? Todos pensarían que eso es un despropósito, y supongo que los de cualquier otro país comprenderían que una palabra que se usa en el lenguaje cotidiano es una palabra perfectamente válida tanto si figura en un tesauro como si no.



En cuanto a la ortografía, también hay destacados ortotipógrafos que no siempre están de acuerdo con lo que dice la RAE, y así lo reflejan en sus obras. Aunque el poder mediático de la RAE es incontestable y es el referente de la generalidad (a lo que contribuye el hecho de que sus obras se pueden consultar gratis por internet), lo cierto es que hasta la fecha sus obras han sido bastante flojas desde el punto de vista técnico y la gente que trabaja con el lenguaje suele usar como biblia obras de otros expertos, no las de la RAE.

En cuanto a la gramática, lo que hay es del siglo pasado y hasta que dentro de poco aparezca la nueva obra panhispánica que dirige Bosque, la RAE ni siquiera tiene lo que se pueda llamar una Gramática, lo cual por otra parte dice mucho sobre la pobreza de la producción de la RAE, que parecía estar lanzada a la producción de diccionarios de toda clase y tenor y basar su labor casi exclusivamente en lo más socorrido: la lexicografía.

Me ha enojado que el DRAE no contenga el lema limpia, así que voy a escribirle ahorita mismo al director de la Academia Mexicana de la Lengua para pedirle que le ponga remedio cuanto antes a este desatino cultural. Además, de este modo podrán hacerle limpias a mi sobrina, que llegó ayer al mundo procedente de su minibioalberca privada, y de mayor podrá acudir al diccionario a saber qué demoños (o ahuyentamiento dellos) le hacían cuando era escuincle.

Los dejo, que voy a buscar la dirección de correo de este señor.

En un lugar de la Mancha, el día de san Julio I (papa), por la tarde.

Mus

08 abril 2008

La subjetividad del feligrés


Mi amiga Nonatzin, que desapareció del mundo bitacoril, me envió amablemente no ha mucho esta bella estampa de espontaneidad eclesial, mexicana por de más. Reconozco que me encantaría tener la oportunidad de entrar a una iglesia y ver a uno haciéndose una limpia. Debe de ser lo más. Si supiera que iba a poder contemplar algo así, creo que iría más a las iglesias. O al menos algo.

El señor párroco tiene por pagano eso de las limpias. Probablemente no le importe el exacerbadísimo culto a la imagen de la Virgen que hay en México, que tiene más aspecto de idolatría pagana que de recatada veneración. Acaso tampoco le importe que el día de Muertos se llene su parroquia de altares donde se mezcla a la susodicha Dama con toda clase de evocaciones paganas que, en lugar de recordar el alma del muerto elevada a los cielos, prefieren recordar las cosas que le gustaban de comer, de vivir. Aún no he visto ningún ejemplar de Penthouse en estos altares de muertos, pero seguro que ya alguno le puso algo por el estilo a su difunto o le ha colocado un tubo de téibol o algo así.

Lo chistoso, me thinks, es que el señor párroco tacha de magia las limpias pero en cambio tiene seguro por muy santo y venerable comerse el cuerpo de Cristo en forma de hostia; y tiene por milagros, y no magias, los sucesos inexplicables que han elevado a los altares a más de un mortal como él; y por muy verídica la santísima Trinidad y la virginidad de la mamá de Cristo y todo eso. Eso, claro, no es magia: es religión (muy católica, eso sí). ¡Toma ya! ¿Qué sentido tiene la visión de las cosas en perspectiva si uno tiene fe? Pero, si uno tiene fe, ¿cómo puede ignorar la fe de otros?

A fuer de sinceridad, el señor párroco tiene mucho derecho, yo diría que todo, a pedir que en su casa (que la tiene en renta porque en realidad es del Señor) no se hagan cosas que a él no le gusten. Me quedo con la duda de si abriría la boca ante un feligrés que se hiciera la limpia en la calle.

Mi amiga Nonatzin tiene también a bien mandarme esta otra estampa ut supra, mucho más costumbrista y que me da mucho gusto reproducir acá. Como esta bitácora va de lo que va, que son las palabras, veo eso de de el y no logro entender por qué a veces nos complicamos tanto la vida las personas al escribir. Con lo sencillo que resulta escribir del. Eso sí, las mayúsculas al Señor eran previsibles. Ya se habló de mayúsculas aquí, y es que hay que ver lo aparentes que parecen resultar. El Señor no es nomás el Señor, sino el SEÑOR. Y como se descuide uno, es el SEÑOR, y así ad infinitum, a ver nomás quién la tiene más grande (la letra, cestadir). Qué cosas.

Bueno, Mus, ego te absolvo in nomine patris et filii et spiritus sancti. No te pongo penitencia que ando con prisa por ir a ver House, que es una de un médico muy cabrón. Anda, vete y no peques más, que me das mucho la tabarra.

En Madrid, el día de santa Casilda de Toledo (virgen), estrenando el día.

Mus

El centenario del agua

No es que el agua cumpla cien años, sino que esta bitácora cumple cien artículos. Olé.

Como soy más de pueblo que un celemín de bellotas, quería dedicarle el centésimo artículo a una cosa tan bella como la lluvia, en todas sus modalidades: chirimí, calabobos, orvallo, chubasco (disperso o generalizado), chaparrón, aguacero, tormenta, diluvio. Y etc. qué coño.

Sostendré ante cualquiera que, con la excepción de una teta cálida, nada hay más relajante y agradecido que llegar calado de un paseo vivificante por el campo, lleno de los pinchazos de los chaparros, las savias de los labiérnagos y las pegajosas secreciones de las jaras, y entrar a algún lugar a descansar a las caricias cutáneas de una lumbre. Para eso es imprescindible la lluvia.

Aprovechando esto de la lluvia en España siempre es motivo de celebración, cuando cae a su amor, me acordé de la más bella canción que conozco en español sobre el goterío que estos días nos cae, bendito, del cielo ciélico. Es que un vecino es un vecino.



En Madrid, el día de san Dionisio (obispo), rayando la medianoche.

Mus